Estado de las rutas y del tiempo en Mendoza

“Cada hora que los chicos pasan en el club es una hora que no están en la calle”


El subsecretario  de Deportes, Federico Chiapetta, visitó las instalaciones del Club Mayor Drummond de Luján y se reunió con sus dirigentes para conocer cuáles son sus necesidades.

En el encuentro participó Marcela Paiva (41), una mujer que con amor y dedicación trabaja incansablemente por los chicos que asisten al club. Llegó a la institución hace 20 años, cuando su hijo Walter empezó a jugar en el club. Actualmente forma parte del plantel de primera y es miembro de la comisión directiva. Tiene seis hijos y, además de realizar tareas en los dos merenderos que posee el club en la sede y en la cancha, trabaja como ama geriátrica.

Al referirse al club y a las situaciones que le han tocado presenciar, la voz de Marcela se torna distinta. Una de las cosas que más la marcan diariamente, que la alientan a seguir adelante y no bajar los brazos, dice, es saber que existe la posibilidad de sacar a algunos de ellos de la droga: “Saber que la mayoría consume drogas me mata. Un día, un niño vino a jugar al fútbol por no fallarme a mí y cuando habían pasado diez minutos, se desmayó porque había consumido… Tener que levantarlo y verlo en ese estado me dolió muchísimo, y me duele cada vez que los veo mal. Pero eso a su vez me motiva a seguir trabajando por ellos”, contó conmovida.

“Cuando recién llegan al club, la mayoría de los chicos viene con experiencias de maltrato, golpes, problemas psicológicos… Mis niños llegaban ariscos, sucios, hacían lo que querían. Yo de a poco trato de enseñarles cosas mínimas, como decir ‘por favor’, ‘gracias’, saludar, respetar… Trato de transmitirles cosas buenas. Son chicos que necesitan mucho cariño y con el paso del tiempo noto su cambio, y como cuando llegan vienen y me abrazan y me dicen si necesitan algo, zapatillas o lo que sea”, dijo Marcela.

Como ella, cientos de clubes barriales de la provincia tienen una persona que aporta su granito para transformar, aunque sea un poquito, la vida de niños, jóvenes y adultos.

“Siempre digo que si tenés cien chicos que no llevan la mejor de las vidas, con que le cambiemos la vida a nueve ya estoy más que conforme y agradecida”, finalizó Marcela. Además, valoró la tarea que su compañera Iris y los miembros de la comisión directiva del Club Social y Deportivo Mayor Drummond realizan junto a ella para que cientos de chicos encuentren un lugar para sentirse contenidos.

El Club Mayor Drummond

El Social y Deportivo Mayor Drummond es un club humilde que se solventa por los aportes de la gente que quiere a la institución. También colaboran con las actividades de la institución la Municipalidad de Luján de Cuyo y varias instituciones y comercios que ayudan.

Cuenta con dos merenderos. Uno funciona en la sede del club, ubicada en calle Guiñazú de la localidad lujanina, y el otro,  en donde se encuentra la cancha, en la calle Chile.

En sus comienzos, hace dos años, asistían a comer 5 o 6 niños y actualmente llegan más de 35 por día. El trozadero Sáenz Peña y un panadero del barrio colaboran con los alimentos.

Además de darles la copa de leche, Marcela Paiva junto a Iris y a los Hermanos del Colegio San Pablo ayudan a los chicos con clases de apoyo escolar.

Los clubes de barrio son espacios de encuentro y socialización. Se trata de entidades motivadas, principalmente, por la afinidad a actividades deportivas y a los vínculos sociales y culturales que nacen de las relaciones humanas.

Son lugares que difícilmente serán remplazados como espacios de integración social, de transmisión de valores y tradiciones comunitarias. Prácticamente hay, al menos, un club en cada barrio, de cada localidad de Mendoza y del país.

Estos clubes son, sin duda, lugares de contención, que alejan a mucha gente de los riesgos propios de la calle, los peligros permanentes y contingencias amenazantes de toda naturaleza. Muchos enseñan y permiten, principalmente al joven, desarrollar los valores propios del deporte, los que se proyectan a lo largo de su vida social, más allá del incentivo propio de la realidad recreativa y competitiva.

Es por esto que el Gobierno de Mendoza sigue trabajando y visitando estos espacios, para llegar desde el deporte a mejorar en la medida de lo posible la vida de miles de vecinos.