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El 5 de mayo es el Día Internacional de la partera


Este martes 5, la ONU conmemora el “Día Internacional de la Partera” en reconocimiento a todas las profesionales que realizan su trabajo para lograr un bienestar en la mamá en su pre y post parto.

Las parteras poseen conocimientos técnicos, pero se amoldan también al apoyo emocional que puede plasmar en las distintas etapas del embarazo, ya que su labor no termina con el nacimiento del bebé, su trabajo consiste también en el asesoramiento de la lactancia, planificación familiar y recuperación del parto.

A su vez, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Desarrollo Social, junto con el Gobierno de Mendoza y Nación continúan trabajando sobre la prevención de violencia obstétrica, promoviendo de esta manera lo que se denomina el “Parto Humanizado”.

A raíz de esto, la jefa del Departamento de Obstetricia de la provincia, Mirella Pizzuollo, recalcó la importancia de las antiguamente llamadas “parteras” en la salud de las mamás y sus hijos en todos sus estadios: “Las obstetras, en algún momento del embarazo atienden al 70% de todas las mujeres mendocinas, hoy en día las profesionales están éticamente capacitadas en atención humanitaria, de manera integral y respetando las creencias de la madre”.

Pizzuollo enfatizó que se “trabaja para que las madres puedan lograr un parto normal y no caer en una intervención quirúrgica innecesaria”.

El parto humanizado consiste en respetar el rol protagónico que tiene la mujer en el proceso de nacimiento, viéndolo como un hecho fisiológico y no como una enfermedad, tal como lo propone la Organización Mundial de la Salud y basados en evidencias científicas.

La violencia obstétrica se encuentra bajo el marco de la ley 25.929. Consiste a grandes rangos con la forma en que las instituciones reciben a las mamás y el trato que reciben, ya que está considerado que necesitan un acompañamiento y un respeto en ese proceso, independientemente del grado de dificultas en la que se encuentre el embarazo.

Mendoza es un centro de preferencia en materia obstétrica, ya que cuenta con Universidades con licenciaturas en obstetricia para lograr una mejor capacitación y mayor relación con la familia.

Ley de Parto Humanizado Nº 25.929.

El término “parto respetado” o “parto humanizado” hace referencia a una modalidad de atención del parto caracterizada por el respeto a los derechos de los padres y los niños y niñas en el momento del nacimiento. Es decir en consonancia con las necesidades y deseos de la familia que va a dar a luz.

Cuando se habla de parto humanizado, se habla de generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.

Tiene como eje central la salud de la mujer y la atención integral del embarazo, también aborda trabajo de parto, parto, puerperio y atención inmediata del recién nacido, asegurando los derechos a estar en compañía de un familiar y/o acompañante elegido por la mujer durante toda su permanencia en la maternidad, así como el cumplimiento estricto de las normativas de las Guías de Maternidad Segura y Centrada en la Familia.

Guías de Maternidad Segura y Centrada en la Familia

Todas las acciones realizadas para el cumplimiento de esta Ley serán basadas en las actuales Guías de Maternidad Segura y Centrada en la Familia.

En Latinoamérica el movimiento de parto respetado o humanizado es llevado adelante por La Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimiento (RELACAHUPAN) que es un conjunto de redes nacionales, agrupaciones y personas que propone mejorar la vivencia del parto y la forma de nacer. A esta iniciativa se suma la OMS, UNICEF, el Ministerio de Salud de la Nación con su Dirección Nacional de Maternidad e Infancia.

Con respecto a Mendoza, es indispensable contar con un trabajo normativo que englobe y asegure los derechos del niño y la mujer, cada vez en mejores condiciones que todos merecen

Se trata de devolverle a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en un lugar que le de seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades.