“La idea de crearla surge el 25 de diciembre de 1816, una noche de Navidad. El general le comunica a su esposa, Remedios de Escalada, la idea de crear un emblema que representase a las tropas del Ejército Libertador. Justamente, en esa cena se encontraban cuatro amigas, las más conocidas patricias o damas mendocinas que, con la ayuda de tres monjas del Monasterio de la Buena Enseñanza, confeccionaron y bordaron esta bandera”, continuó el granadero.
“Se terminó de confeccionar el 5 de enero de 1917 a las 2 de la mañana. Ese mismo día, a las 10 de la mañana, fue presentada ante el pueblo, en la antigua plaza Pedro del Castillo y, por la tarde, fue llevada a El Plumerillo”.
“Estuvo presente en toda la Campaña Libertadora excepto en una: la Campaña Libertadora del Perú, ya que el Libertador San Martín decidió dejarla en Chile, por estrategia”, continuó, y agregó: “A su regreso a Mendoza, en 1823, el general trae consigo la Bandera del Ejército de los Andes. Decide donarla al convento de San Francisco de Asís y depositarla a los pies de la Virgen del Carmen de Cuyo, patrona y generala del Ejército de los Andes, proclamada el 5 de enero de 1817 en el mencionado acto de la plaza Pedro del Castillo”.
“La Bandera permaneció en ese lugar hasta 1861, año en el que en Mendoza ocurre un gran terremoto. La provincia queda totalmente devastada y todos los templos en ruina”.
El relator continuó explicando que “la única persona que conocía la ubicación exacta, en el momento de los hechos, era un viejo fraile, el padre Ventura, quien dejó un escrito en el que describe que lo ocurrido había sido un milagro, ya que lo único que se pudo rescatar del templo en perfectas condiciones fue la imagen de la Virgen y la Bandera que se encontraba a sus pies”.
Desde ese momento, la Bandera fue tomada nuevamente por el Ejército, llevada y depositada en la antigua Casa de Gobierno, donde permaneció hasta 1880, año en el que es solicitada por Buenos Aires y llevada a Boulogne Sur Mer, Francia, para la repatriación de los restos de San Martín, quien falleció en ese lugar el 17 de agosto de 1850, a las tres de la tarde.
“Sus restos fueron repatriados después de 30 años, durante la presidencia de Avellaneda, y llevados a la Catedral de Buenos Aires. La Bandera permaneció sobre el féretro hasta 1902, cuando Mendoza pide la custodia para que estuviera presente en el acto inaugural del monumento ubicado en la Plaza San Martín. Ese mismo día, la Bandera se izó por última vez y, al culminar el acto, el Ejército la llevó y depositó en la antigua Casa de Gobierno”, contó el granadero. “En 1954 fue tomada nuevamente por el Ejército, llevada y depositada en el cuarto piso de la actual Casa de Gobierno (inaugurada en 1951), en la antesala del despacho del Gobernador”, afirmó luego.
El granadero explicó la historia más moderna de la insignia: “Por un tema protocolar y de seguridad, se decide bajarla al hall central de la Casa de Gobierno, en 1992, año en el que también se firmó un tratado entre el Ejército nacional y el Gobierno de la Provincia, a través del cual se cede la custodia al Regimiento de Infantería de Montaña 11, General Las Heras”.
Y para finalizar, preguntó: “¿Por qué se le cede la custodia a este regimiento y no a cualquier unidad de combate? Porque nuestra unidad es la más antigua de Cuyo. Estuvo presente en la Campaña Libertadora del general Las Heras, mano derecha de San Martín. Las Heras fue el jefe del Regimiento y, por eso, nuestro Regimiento de Infantería fue creado e instruido, en persona, por el general San Martín”.