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Finalizó la entrega de difusores de feromonas en Mendoza


Más de 1.500 productores vitícolas de la provincia, recibieron el kit para la técnica de confusión sexual (TCS) y fueron capacitados para iniciar una lucha activa contra la polilla de la vid que ingresó a la provincia hace 6 años. A esta iniciativa se suman otros 4.500 pequeños productores que, a través de un fondo de $15 millones del Instituto de Desarrollo Rural, pueden mitigar la plaga con método químico tras recibir capacitación y el cheque correspondiente.

La campaña abarcó el saneamiento de 22.575 hectáreas, distribuidas en los oasis Norte, Este, Sur y Valle de Uco, donde se colocaron difusores para evitar la dispersión de la plaga.

Esta es la primera medida efectiva que los Gobiernos Nacional y Provincial realizan para comenzar a combatir el flagelo que afecta el rendimiento de la planta y perjudica  la producción de los viñedos.

La técnica no sólo es eficaz para contrarrestar la reproducción de la polilla sino que además permite el control de la plaga con un bajo impacto ambiental.

En esta primera etapa, el Ministerio de Agroindustria, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), destinó $50 millones para la compra de feromonas, de los cuales $40 millones correspondieron a Mendoza.

El impacto negativo de la Lobesia Botrana sobre las plantaciones ocasiona pérdidas tanto para consumo en fresco como para destinada a la vinificación. Además cierra posibilidades de comercialización debido a las restricciones que imponen los países importadores de estos productos.

La TCS es una medida muy eficaz para evitar el crecimiento de la población de la polilla de la vid, disminuir los daños que causa la plaga y, en consecuencia, evitar su dispersión.

Los difusores son de fácil colocación y permiten controlar la plaga con bajo impacto ambiental. Los dispositivos deben colocarse en el viñedo antes del inicio de la floración, en las zonas cuarentenadas, logrando que la feromona esté distribuida en el ambiente antes de que comiencen los primeros vuelos de la plaga, asegurando el control temprano de la primera generación.