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Hoy se celebra el Día Mundial del Suelo y la Tierra Fértil  


La ONU instituyó cada 22 de junio para conmemorar el Día Mundial del Suelo y la Tierra Fértil para recordar la relevancia del suelo como el soporte vital de la vida orgánica del planeta.

En nuestra Provincia, el proceso de Ordenamiento Territorial, iniciado por la Ley 8051 contempla precisamente el uso de los suelos como política pública esencial para la protección de las tierras productivas o para gestionar medidas que garanticen su conservación  y evite procesos de desertificación.

La Agencia Provincial de Ordenamiento Territorial –que se encuentra bajo la órbita de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial- es el organismo encargado de abordar todas las planificaciones territoriales de Mendoza basándose en la clasificación del territorio según múltiples variables –entre ellas el suelo y la disponibilidad de recursos hídricos- para definir posteriormente sus usos más aconsejables.

A su vez, el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial –actualmente en la comisión de Ambiente de la Legislatura para su aprobación- permitirá a través de programas, proyectos e instrumentos, aplicar medidas que favorecen un uso sustentable de los suelos de todo nuestro territorio provincial.

La importancia del suelo

El suelo es uno de los recursos naturales no renovables, esenciales para la vida del hombre y los seres vivos en el planeta. Sin el suelo la vida en la Tierra, no sería posible.

En el suelo crecen y se alimentan los animales, la vegetación y los organismos microscópicos. Al ser humano le proporciona todos los recursos alimenticios y de vestimenta y vivienda que hicieron posible la vida del hombre en el planeta. También cumple una función insustituible en la filtración o absorción de las aguas de lluvias.

El suelo es un sistema conformado por sustancias minerales y materia orgánica transformada, todo inmerso en una fracción fluida de agua y gases, por lo que para formarse requieren tiempos muchos mayores a la escala temporal. Es quizá el recurso natural que pasa más desapercibido y sin embargo es el sustrato de toda la vida sobre la Tierra.

Es un recurso muy frágil y susceptible de degradación por las malas prácticas agrícolas que lo vuelven infértil o lo erosionan, por la tala  indiscriminada de bosques o explotaciones mineras u otras actividades productivas contaminantes. La alteración físico-química del suelo implica pérdidas irremediables y definitivas del recurso. Recuperar unos escasos centímetros de suelos demanda por lo menos medio milenio.