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La Filarmónica de Mendoza brilló en el Centro Cultural Kirchner


Por primera vez en 30 años, una de las instituciones artísticas más respetadas de la provincia y una de las orquestas más importantes del país actuó en Buenos Aires. Casi un centenar de artistas locales desplegó su talento, bajo la batuta del maestro Gustavo Fontana, director titular de la Filarmónica de Mendoza.

La presentación tuvo lugar en uno de los principales espacios nacionales para la ejecución de conciertos: la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner, conocida como “La ballena azul”, por su forma.

A las 20, de este jueves, comenzaron a sonar los primeros acordes de lo que fue un repertorio ambicioso e impactante. Este concierto es fundamental en la historia de nuestra orquesta, porque representa un inmenso desafío artístico y llevó al ámbito nacional el trabajo musical mendocino. El programa se introdujo con obras breves de Ástor Piazzolla y tuvo su principal desarrollo con dos obras inmensas del compositor checo Antonín Dvorak: el Concierto para Chelo y Orquesta, con Matías Longo como solista, y la Sinfonía del Nuevo Mundo.

 

En esta oportunidad, acompañaron a la orquesta el secretario de Cultura, Diego Gareca; el vicepresidente del Ente Mendoza Turismo, Lucas Quesada; la reina nacional de la Vendimia, Victoria Collovati, y un grupo de funcionarios de Cultura de Mendoza.

Gareca mencionó que “lo importante es que el trabajo que se está haciendo es poner en valor el rol y la labor de la Orquesta Filarmónica de Mendoza. Hoy nos decía el propio director del CCK que está entre las tres mejores orquestas del país. Para el Gobierno de Mendoza y la Secretaría de Cultura es un honor muy grande, porque esto, quizás, se visibiliza porque esta es la sala más importante que tiene la República Argentina, pero sin lugar a dudas es maravillo ver la alegría con la que los músicos de la orquesta se subieron a tocar”.

Para finalizar, el funcionario adelantó que próximamente la Filarmónica se presentará en Tierra del Fuego, tras actuar en Rivadavia, recorrer los Distritos Culturales, ofrecer conciertos didácticos, actuar en barrios de toda la provincia de Mendoza y ofrecer nada menos que la ópera La Traviata, de Giuseppe Verdi, “lo que hace que estemos lejos de la época en la que se suspendían conciertos y la temporada anual terminaba en julio”.