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La importancia de la detección temprana de trastornos auditivos


Si definimos el primer año de vida como el tiempo de escuchar, de registrar de sonidos, de adquirir significados de un mundo que se va armando como un rompecabezas con las distintas vertientes de sus sentidos, es fácil comprender que cuanto más tarde sea detectada una disminución auditiva, más irreversible puede ser. Es por esta razón que el diagnóstico de hipoacusia realizado durante los primeros meses de vida del niño brinda la oportunidad de habilitar, en lugar de rehabilitar.

El Programa de Atención Temprana de la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), a través de estudios audiológicos neonatales, detecta e ingresa a los niños con dificultades auditivas temporarias o permanentes, a quienes evalúa y estimula, además de realizarles seguimiento en el desarrollo de sus habilidades auditivas y lingüísticas.

También trabaja con las familias para favorecer el uso de audición y lenguaje en el hogar y fortalecer la independencia e inclusión social del niño.

La estimulación auditiva apropiada, en el momento oportuno, permite desarrollar las áreas del cerebro que conectan sonidos con significados. Enseñar a escuchar y relacionar sonidos del ambiente con sus fuentes sonoras, y en especial los sonidos que forman el lenguaje hablado, favorece el desarrollo de habilidades lingüísticas y de comunicación.

La mayor parte de las hipoacusias infantiles (aproximadamente el 80%) se encuentran  presentes en el momento del nacimiento o en la etapa neonatal. De allí la importancia de establecer programas específicos durante los primeros meses de vida.

Entre los diversos métodos de detección de pérdida auditiva disponibles en la actualidad, hay dos medidas fisiológicas: respuesta de audición de troncocerebral (BERA) y otoemisiones acústicas (OEA), que son capaces de detectar pérdida auditiva antes de los tres meses de edad.

Las otoemisiones acústicas, como método diagnóstico, son especialmente ricas en los recién nacidos, por lo que se han  transformado en uno de los mejores procedimientos de evaluación. Se verifica la audición del niño con solo colocar el auricular en el conducto auditivo.

A los niños con antecedentes de riesgo neonatal se les deben realizar potenciales evocados auditivos de tronco cerebral, para evaluar el estado de la vía auditiva, que es la responsable de transmitir o llevar los sonidos hasta el cerebro.