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Megajuicio: testigos afirmaron que existió complicidad de algunos jueces


La segunda jornada de debate prevista para esta semana se llevó a cabo hoy en el primer piso de Tribunales Federales. Cuatro nuevos testigos declararon por las causas investigadas en el IV Juicio por delitos de lesa humanidad. De esta manera dieron su testimonio Juan Carlos Astudillo, María del Rosario Gutiérrez y Walter Bernardo Hoffman.

El primer testimonio fue brindado por Juan Carlos Astudillo quien relató sobre su detención ocurrida el 19 de octubre de 1975. Para entonces participaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) realizando actividades de propaganda y prensa. Tenía dieciocho años cuando fue interceptado por un grupo de policías y civiles que a los golpes lo trasladó al D2.

Durante su cautiverio, Astudillo fue trasladado por diferentes centros clandestinos de detención. Estuvo en el D2 donde recibió trato inhumano, golpes y vejaciones. Posteriormente fue trasladado a la Comisaría Décima de Maipú para regresar luego al D2. En este ínterin, Astudillo fue llevado a declarar al Juzgado Provincial sobre lo cual recordó: “Llegué en un estado calamitoso, con hambre y con sed”, recordó sobre aquel episodio (que se repitió en 1976) donde el miedo y las amenazas de las que fue víctima le impidieron denunciar el maltrato recibido. Tras esto, Astudillo fue trasladado al Pabellón I de la Penitenciaría Provincial.

“En el Penal se endureció el régimen. Hubo incomunicación y personal más duro con los detenidos, entre ellos el oficial Bonafede y Bianchi”, recordó Astudillo. Y agregó: “en los interrogatorios las preguntas rondaban sobre aspectos de la organización”. Astudillo posteriormente fue trasladado a la Unidad IX de La Plata, donde permaneció hasta recuperar su libertad en el año 1982.

Por su parte, María del Rosario Gutiérrez declaró como testigo por la detención ilegal y posterior desaparición forzada de su hermano Juan Antonio Gutiérrez y su amiga María Luisa Alvarado Cruz, hechos ocurridos en septiembre de 1976.

La testigo detalló la búsqueda para dar con el paradero de ambos y recordó un hecho en el que quedó incomunicada al buscar información en una de las comisarías. Vinculado a esto, la testigo expresó ante el Tribunal diferentes episodios en los que, ya en democracia, identificó a la persona que denunció como el secuestrador de su hermano. De esta manera, la testigo señaló a Ramón Amaya Arce como responsable del secuestro de Juan, por la desaparición de Luisa y la incomunicación sufrida en primera persona. “Lo acuso porque estaba a cargo del operativo en el que se llevaron a Juan detenido y estaba a cargo de la seccional en ese momento”, manifestó la testigo.

Como resultado de su búsqueda, María del Rosario supo que su hermano fue trasladado de la Comisaría 7ma de Godoy Cruz, al D2 y posteriormente al Pabellón VI en la cárcel de Chimbas en San Juan. Según relató, este dato lo supo por medio del sacerdote (ya fallecido) de aquel centro de detención.

Trasladó su búsqueda a la vecina provincia, pero los insistentes pedidos para dar con Juan fueron rechazados e ignorados. “Incluso nos extorsionaron con dinero por pistas sobre el paradero de mi hermano”, declaró la testigo entre una serie de episodios calificados como macabros.

Al referirse sobre el accionar de la Justicia, la testigo expresó: “Los jueces eran cómplices de todo, nos cobraban los habeas corpus”, y agregó datos vinculados a posteriores persecuciones sufridas por los integrantes de la familia Gutiérrez.

Por último, Walter Bernardo Hoffman declaró sobre su detención ocurrida el 22 de noviembre de 1975. A raíz de un allanamiento realizado en su domicilio, a los golpes fue trasladado junto a su padre a la Unidad Policial Primera. Luego fue llevado a otro lugar que no logró precisar pero en el que aseguró haber sido torturado. “En un momento escuché a mi padre que preguntaba por mí, y después no lo escuché más”, relató Hoffman sobre su padre a quien volvió a encontrar con posterioridad con claros signos de haber padecido tortura.

El testigo recordó que turbado por la violencia de la tortura fue trasladado a una de las barracas de la 8va Brigada de Comunicaciones donde permaneció tres días. “A todo esto no tenía idea por qué me pasaba esto, tenía veintitrés años y lo único que había hecho era estudiar”, expresó y detalló sobre dos ocasiones en las que recibió la visita de una persona que le decía “quedate tranquilo que vas iba a salir de acá” y aseguró que con posterioridad pudo reconocer que “se trataba del entonces juez Luis Miret”. Sobre este aspecto, el testigo abordó las circunstancias que le permitieron señalar al exmagistrado.

Según su relato, Hoffman fue trasladado posteriormente a la Penitenciaría Provincial, donde fue obligado a firmar un documento en el que no dejaba constancia sobre los golpes y la tortura recibida. Durante este cautiverio, fue llevado al Juzgado Provincial donde le notificaron sobre su sobreseimiento, sin causa alguna.

Hoffman quedó en libertad el 2 de diciembre de 1975; a pesar de ello fue suspendido por dos años en la carrera de Medicina, cuando le faltaban cuatro materias para recibirse. Este rechazo lo apartó definitivamente de la profesión.

Posteriormenete, los integrantes del Tribunal solicitaron un nuevo cuarto intermedio por lo cual, la etapa testimonial continuará el próximo lunes 11 y martes 12 de mayo a las 9.30,  en el primer piso del Tribunal Oral Federal Nº1.